Girasoles de Noviembre

En esta ocasión, Alejandro nos comparte el inicio de un relato titulado «Girasoles de Noviembre».

Todos sabían que esa noche estaba dedicada a nosotros, la Luna te iluminaba y las cigarras cantaban tu presencia mientras las luciérnagas danzaban, tiritando entre tu cabello negro, brillabas, era tu noche y yo la gozaba. Parecía que Noviembre era el mes de la vida, otorgándonos las flores en apogeo, tus flores, en sí, tú hecha girasoles con tus hojas fervientes de pasión.

El frío en las ramas me otorgó el momento para calmar tu temperatura entre mis brazos, fundimos el aire con nuestras miradas, pasmamos el tiempo entre nuestros brazos, en nuestro infinito.

Te miré a los ojos, tus astros brillaban como dos Lunas aprisionadas bajo agua cristalina. Yo quería que fueras mía, tuve una idea, te besé en los labios.
Hundí mis manos en ese mar negro, dentro. Rocé tus muslos con mis muslos, tomaste mis manos y fuimos cinturón de pasión, de entrega . Las sábanas parecían deslizarse y unirse a nuestros cuerpos, desnudos, sinceros. Nuestro aliento era recíproco, como cada uno de nuestros poros con su sudor.

Da click en la imagen para mayor información sobre la pintura "Girasoles" 1889, de Van Gogh

En ese momento supe que yo había nacido en donde tú desaparecías. Tus colores de piel dormida, serena; me guiaba por cada uno de tus caminos en la obscuridad, era cartógrafo de tu geografía, me guiaban las palpitaciones, de tu cuello, de tus senos, de tu boca y mi boca que eran una y era mi ritmo, mi silencio y compás… tú, mía.

Se enceló el viento al ver que volábamos por el aire mejor que él en las tormentas, se enfadó el Sol al ver que nosotros brillábamos más que él al nacer, se enojó la Luna al ver que no necesitábamos ya de su guía en la obscuridad, nos teníamos el uno al otro, pero la arena debajo de nosotros nos traicionó con su viene y va. Perdimos cada centímetro de inocencia cuando nos hundimos en la laguna del olvido.

Cómo te encantaban los girasoles, cómo me encantabas tú. Esas flores de Sol, de Van Gogh, de tus manos cálidas. Te quería como un mendigo al Sol, eras mi Sol, mi Venus, mi lugar escondido, mi fe bajo un árbol de hojas llenas de poesía, eras poesía.

Alejandro                             
Adolescente / Codocente del Taller 

2 Comments

  1. Lluvia
    mayo 2, 2011

    Alejandro qué bonito texto escribiste, muy bien, me gusta…

  2. Girasoles de Noviembre II « FUNDACIÓN S.K.Y.
    mayo 11, 2011

    […] les dejamos la parte final (editada) del pasional relato publicado hace unas semanas. Vale la pena leerlo por […]

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.