Cadáver exquisito en S.K.Y.
Ay, me duele la garganta y el corazón de melón. Suave patria en la vena a derretir. Su mano, me dio miedo la señora comiendo en la tumba. Yo no confío en el reloj, cada que lo miras dice algo distinto. Pero si ya existe el sexo oral hagamos el sexo escrito.
En las hojas se encontraba la historia de aquella niña inocente, tu mirada bajo las cenizas de la Luna, un destello de palabras que escribo para poder ir al descanso, porque ya tengo hambre; iré a comer tacos de canasta de frijol. Y dice el payaso que sube en metro: Es lo que extrañaré cuando tenga un convertible. Y en el convertible, cuando llegó a su destino, ya no supo qué hacer.
Soñar en esta vida, lo que hago para mantenerme viviendo. Galaxia infinita en la cual nos encontramos cantando con incertidumbre, la que tengo acerca de qué propósito tenga en esta vida, que es corta y la muerte tan larga.
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