Taller de Narrativa, 10 de junio
Taller de Narrativa II
Sábado 10 de junio de 2017
Docente: Moises Mendelewicz
En la sesión del día de hoy, Moisés pidió a uno de los adolescentes que relatara su experiencia al compartir un cuento, esto permitió que el grupo pudiera opinar al respecto, abriendo un espacio para expresar situaciones en las que empatizaran con su compañero. Posterior a esto, tuvieron la oportunidad de escuchar su nueva narración. Para finalizar, Moisés leyó el cuento El amor y la locura de Mario Benedetti, por lo que cerró con broche de oro el día.
Moises inició el taller hablando sobre el lenguaje corporal y sobre todas las posibilidades que hay en la comunicación, principalmente en el momento en el que saludamos o nos despedimos.
Moises: Yo hoy tengo la idea de que trabajemos con cuentos… ¿Qué te pasó ese día que leíste el cuento?
Me sentí un poco triste por los comentarios hacia mi cuento…
Moisés: Cuando tú preguntas “¿qué te pareció?”, abres la puerta para que te digan lo que sea…
Me hubiera gustado una crítica sobre la trama, no sobre cómo lo hice o sobre cómo leí…
Yu Hing: Además, cabe señalar que no estamos acostumbrados a dar críticas constructivas…
Moisés: Primero debemos comentar lo bueno y luego lo malo, además de buscar el tiempo adecuado para hacerlo…
Pato: Tampoco estamos en una sociedad acostumbrada a la sinceridad…
Moises: Exacto, hay mucha hipocresía y por eso no crecemos…
El maestro de literatura nos pidió que hiciéramos un cuento y de ahí un poema y de ahí una obra. Los demás no estudiaron, no les importó, prefirieron su receso. Me dijeron que la obra no tenía sentido y yo quise explicar, pero el profesor me dijo que solo debía escuchar…
Otro(a) compañero(a): Nosotros hace un mes nos dejaron hacer una presentación para la materia de cívica y ética… La ensayé con mi amiga, pero a la mera hora “mi amiga” me falló, me dejó sola… Sentí muy feo cuando mis compañeros me decían que hablara más fuerte, porque fue un trabajo que preparé para dos y finalmente estaba yo ahí sola…
Moises: Me imagino lo difícil que fue estar frente a ese público… Cuando yo voy a contar cuentos debo tener las condiciones adecuadas… Pido el apoyo de los profesores más autoritarios y cuando ellos no me ven hago un gesto para echarme a los alumnos a la bolsa… Yo tiemblo cuando voy a secundarias, pero salgo adelante… Cambiando de tema, ¿qué hemos hecho en nuestras casas que a nadie en la familia le gusta?
A nadie le gusta mi música, luego uso audífonos, pero eso también les molesta; yo pongo música a todo volumen cuando no están en mi casa y cuando llega mi mamá, me dice que es horrible y que seguro me estoy «mariguaneando».
Moises: ¿En tu casa no se abrazan ni se dan besos?
Sí, mucho.
Moises: Mi papá se ponía súper tieso cada vez que yo quería abrazarlo, ¿a quién le pegan?
Alguna vez mi mamá me dio una cachetada, pero muy leve.
Moises: (nuevamente al compañero que había compartido su cuento) Vas a leer tu cuento, quieres críticas sólo sobre la trama, ¿verdad?… Cuando la gente se va de este grupo, después de algunos fines de semana comienzan a extrañar… Yo me pregunto cómo es estar aquí, a mí me gusta mucho estar con ustedes… Quiero que me digan qué están haciendo aquí y si tienen paciencia de escuchar lo que le pasa al otro…
Tengo muchas maneras de escaparme, si intento poner atención, pero empiezo a moverme mucho; yo soy el psicólogo de mis amigos.
Yu Hing: Es diferente oír de escuchar, lo primero implica sólo el proceso fisiológico y el otro es poner atención e interpretar…
Yo a veces cierro los ojos y ya, sí oigo y me concentro; me escapo a veces, hay personas que me aburren, si la persona si me interesa sí le pongo atención; yo escucho y si son muy repetitivos, les digo que dejen de hablar, que analicen sus opciones, pueden ser muchos tipos de problemas; me distraigo muy fácilmente, para zafarme de la situación incómoda, puedo decir que tengo que hacer una cosa o recordar una historia de anime o una cancioncita; yo pongo atención para ver si puedo aprender algo, pero si no, solo me voy.
En ese momento el grupo se preparó para escuchar el cuento de uno de los adolescentes, el cual narraba un día extraño en la vida de un maestro, que tuvo algunas dificultades con un grupo de alumnos. Posteriormente comentaron al respecto, algunas ideas fueron las siguientes:
- La trama es intensa y me gusta mucho la forma de narrar, porque le da un tono confuso y me gusta que tengamos que poner más atención.
- Yo creo que es tan confuso que te atrae y te tienes que regresar
- Me gusta que los detalles pequeños sean tan importantes y que te cause intriga.
Yu Hing: A mí me recordó al género de cine negro ligado al expresionismo alemán y que narran hechos delictivos y criminales, donde la historia es confusa…
Moises: Vamos a tener que ver una película de Buñuel para la siguiente clase…
Yu Hing: Podría ser El ángel exterminador…
Moisés: Muy bien… Saben, descubrí un montón de cuentos que están en la red… ¿Han escuchado el cuento de El amor y la locura?
Así, para concluir la sesión, Moises compartió con el grupo el cuento mencionado:
El amor y la locura
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos de los hombres.
Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por 3ª vez,
la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso:
— ¿Jugamos al escondite?
La INTRIGA levantó la ceja intrigada y…
La CURIOSIDAD, sin poder contenerse preguntó:
— ¿Al escondite? ¿Y cómo es eso?
— Es un juego —explicó la LOCURA—, un juego en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre, ocupara mi lugar para continuar el juego.
El ENTUSIASMO bailó secundado por la EUFORIA.
La ALEGRÍA dio tantos saltos que terminó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA, a la que nunca le interesaba nada.
Pero no todos quisieron participar:
La VERDAD prefirió no esconderse. ¿Para qué? si al final siempre la hallaban.
La SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (pero al final, lo que la molestaba era que la idea no fuese de ella) y…
La COBARDÍA prefirió no arriesgarse…
— Uno, dos, tres… —Comenzó a contar la LOCURA—.
La primera en esconderse fue la PEREZA, que como siempre se dejo caer tras la primera piedra que encontró en el camino.
La FE subió al cielo.
La ENVIDIA se escondió tras la sombras del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo consiguió subir a la copa del árbol más alto.
La GENEROSIDAD casi no consiguió esconderse, cada sitio que hallaba le parecía apropiado para alguno de sus amigos:
…que si un lago cristalino, ideal para la BELLEZA;
…que si la sombra de un árbol, perfecta para la TIMIDEZ;
…que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD;
…que si una ráfaga de viento, magnífica para la LIBERTAD.
Así termino por ocultarse en un rayo de sol.
El EGOÍSMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo…, pero, eso sí, solo para él.
La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (bueno es mentira), en realidad se escondió detrás del arco iris, y…
La PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes.
El OLVIDO…. se me olvido donde se escondió…, pero eso no es importante.
Cuando la LOCURA contaba 999.999,
El AMOR no había encontrado un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado; hasta que diviso un rosal enternecido y decidió esconderse entre sus flores.
— Un millón —contó la LOCURA y empezó a buscar—.
La primera que encontró fue a la PEREZA solo a tres pasos de una piedra.
Después descubrió a la FE, la escuchó discutir con Dios en el cielo sobre teología.
A la PASIÓN y el DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes.
En un descuido encontró a la ENVIDIA, y claro, pudo deducir enseguida donde estaba el TRIUNFO.
El EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo.
El solo salió disparado de su escondite que resultó ser un nido de avispas.
La LOCURA de tanto caminar tuvo sed y al acercarse al lago descubrió a la BELLEZA.
Con la DUDA resultó más fácil todavía, pues la encontró subida sobre una valla sin decidir aún sobre a qué lado esconderse.
Así fue encontrando a todos:
El TALENTO entre la hierba fresca,
la ANGUSTIA en una oscura cueva,
la MENTIRA detrás del arco iris… y
hasta el OLVIDO…. al que se le había olvidado que estaba jugando al escondite.
Pero solo el AMOR no aparecía por ningún lado.
La LOCURA busco detrás de cada piedra, de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, y en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal con sus rosas… tomó un palo y empezó a mover sus ramas, cuando, de pronto, un doloroso grito se escuchó.
Las espinas habían herido los ojos del AMOR;
La LOCURA no sabía qué hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces; desde aquella primera vez que se jugó al escondite en la tierra:
EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA.
Después de la lectura del cuento algunas y algunos comentaron sobre que ya lo habían escuchado en algún momento y manifestaron su gusto por escucharlo de nuevo, para los demás fue una grata experiencia conocerlo. El taller del día de hoy fue un momento para reflexionar sobre lo que implica escuchar al otro y poder ofrecerle, si nos lo ha solicitado, una crítica constructiva que le permita seguir creciendo, para la siguiente sesión se quedó de ver alguna película de Buñuel y seguir analizando las narraciones confusas.
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