Visita Guiada Museo de Arte Moderno, 20 de mayo

Posted by on Jul 14, 2017 in Nuestros talleres | No Comments

El día de hoy tuvimos la oportunidad de tener una visita guiada al Museo de Arte Moderno, uno de los recintos culturales con más historia de la Ciudad de México, situado en el Bosque de Chapultepec, junto al Altar a la Patria (Monumento a los Niños Héroes). A través de los Servicios Educativos del Museo fue que fuimos recibidos amablemente, a continuación les compartimos algunos momentos de nuestra visita, así como datos importantes del museo y de las exposiciones que tuvimos el gusto de apreciar.

Desde su fundación, el Museo de Arte Moderno ha desempeñado un papel decisivo en la consolidación y la difusión de un patrimonio público, en virtud principalmente de su excepcional colección que abarca un arco temporal de largo alcance (de la década de 1920 al presente) pero que, por su misma configuración evolutiva, implica una vocación retrospectiva y a la vez prospectiva.

Historia: Al inaugurarse en 1964, como parte del programa de institucionalización de la cultura que caracterizó al gobierno de Adolfo López Mateos, el Museo de Arte Moderno (MAM) adquirió la calidad de emblema oficial de la modernización del país. Por aquellos años, se abrieron también el Museo Nacional de Antropología, el Museo Anahuacalli, la Pinacoteca Virreinal (ahora desaparecida), el Museo de Historia Natural y el Museo de la Ciudad. Pese a que, en un principio, las salas del MAM adoptaron un amplio perfil historicista, pronto confiaron en la renovación y, por ende, en una imagen actualizada del arte nacional que cuestionaba el discurso de la identidad nacional heredado de la Revolución, mediante la primera gran exposición dedicada a Rufino Tamayo, quien a la sazón encarnaba la revocación de los códigos del muralismo y la Escuela Mexicana, la desprejuiciada apertura a los criterios en boga a nivel mundial. En efecto, las vanguardias que el MAM promovía se han convertido, con el paso del tiempo, en el canon (el cosmopolitismo de las décadas de 1920-30, la internacionalización de las generaciones posteriores, en especial la Ruptura), de manera que, en consonancia con las circunstancias de la cultura global y digital, su función se orienta hoy a focalizar aquellas tendencias y narrativas de los lenguajes de avanzada que impulsan la escena de las artes visuales, dentro y fuera de México, y a analizar su genealogía en relación a las tradiciones en que se insertan. El perfil inclusivo del MAM dicta en consecuencia una línea curatorial centrada en el acceso prioritario a las ramificaciones del arte moderno que sintetiza la trama de su acervo, y que atiende de manera simultánea los fenómenos estéticos más relevantes en los diversos campos de la creación actual.

Vocación: El Museo de Arte Moderno tiene el compromiso de ser un espacio público que  ofrece a sus visitantes una experiencia individual y trascendente. Su gestión busca rebasar   la idea del museo como vitrina patrimonial y reforzar su percepción como un centro cultural promotor de experiencias y servicios culturales. Ello, a través de narrativas museológicas actuales y de un activo programa público interdisciplinario. El MAM intenta hacer énfasis en perfeccionar y diversificar la infraestructura de servicios, así como contemporaneizar el diseño y la perspectiva de las exposiciones y los programas paralelos, siempre acorde al mandato y a la misión del MAM.

Arquitectura: La arquitectura del MAM enfatizaba una vocación contemporánea con leves referencias a la tradición en el uso de ciertos materiales. Su aliento racionalista recurrió a las formas orgánicas, a la fluidez entre el interior y el exterior, a una estructura libre, al uso de acabados y materiales constructivos en un tiempo de moda, como el cristal, el mármol blanco, el pedernal en bruto, el aluminio y la fibra de vidrio. El edificio del MAM se inspiró en un diseño del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, en colaboración con Rafael Mijares. Una parte del proyecto original, el cual incluía auditorio, biblioteca y bodegas, nunca llegó a concretarse. La concepción detallada de sus jardines resaltaba el creciente interés de la modernidad por la arquitectura de paisaje. Las jardineras y los andadores no se hicieron como los había concebido el paisajista Matsumoto. Su diseño corresponde a Juan Siles, durante la dirección de Helen Escobedo.

La cita de nuestro grupo fue a las 10:30 de la mañana, las y los adolescentes fueron llegando, nos reunimos cerca del Monumento a los Niños Heroes, situado enfrente de una de las puertas del Museo. Asimismo nos acompañó Ana Castelán, nuestra docente del taller de Arte, sin duda su apoyo fue de enriquecimiento y aprendizaje.

Una vez reunidos todas y todos entramos al Museo, ahí nos recibieron de manera cálida y la visita comenzó, la cual cabe señalar estuvo dividida en varias partes. Primero ingresamos a una de las exposición temporales, Sigmar Polke: Música de origen desconocido. Ahí apreciamos las creaciones del artista realizadas durante un mismo momento y se habló sobre el impacto que tuvo la época en que vivió para lograr manifestarse a través del arte.

La Secretaría de Cultura, a través del Museo de Arte Moderno (MAM), presenta la exposición Sigmar Polke. Música de un origen desconocido, curada por el Institut für Auslandsbeziehungen, organizada por el Instituto Goethe y promovida por la Embajada de Alemania en México como parte del Año Dual Alemania-México.

El MAM recibe por primera vez una exposición individual de Sigmar Polke (Oels, Silesia, Alemania, actualmente Polonia, 1941-Colonia, Alemania, 2010), uno de los más destacados artistas de la posguerra en Europa. Su trabajo, siempre crítico y reflexivo, revela en esta muestra una visión irónica sobre nuestra percepción del mundo contemporáneo y ultramediatizado. En esta serie, integrada por 40 gouaches de 70 x 100 centímetros realizados en 1996, el creador aprovechó la sustancia acuosa de la técnica para hacer del goteo y el flujo de pintura el tema mismo de la obra. Las piezas tienen títulos absurdos que detonan el sentido/sinsentido de aquello que representan y les confiere un acento poético o anarquizante, otro elemento paradigmático del quehacer de Polke. Esta exhibición, revela un momento culminante en la trayectoria de este artista capital en la escena contemporánea y alumno de Joseph Beuys en la Kunstakademie Düsseldorf, donde fundó, junto con su condiscípulo Gerhard Richter, la tendencia del “realismo capitalista”, un antiestilo derivado del pop y contrapunto occidental y consumista del realismo socialista soviético. Desde principios de la década de los sesenta, Polke centró su labor en la compleja relación entre la imagen, los medios de comunicación y la realidad cotidiana. Cautivado por la experimentación con los materiales, en sus obras combinó pintura, foto y productos caseros (lacas, impresiones digitales), además de capas superpuestas de pigmentos y veladuras transparentes. Gestualidad rabiosa, tono irónico, relectura irreverente de los clásicos y técnica desenfadada y, sin embargo, refinada son los estandartes de Polke, mismos que lo han identificado con la estética de la posmodernidad y que lo convirtieron además en un paradigma para las generaciones de pintores y escultores mexicanos de los años ochenta, presentes en la colección del MAM.

Después de escuchar a nuestra guía, tuvimos un tiempo para poder apreciar las obras, tomándonos un tiempo para disfrutarlas, posteriormente, junto con Ana, las y los adolescentes realizaron dibujos sobre lo que habían visto, que fueron colocados en uno de los muros de la exposición, como parte de las actividades que el Museo prepara para acompañar a las exhibiciones. Luego, mientras esperábamos a la guía que nos mostraría la Colección permanente del museo entramos a dos exposiciones:

Arp, es la primera exposición en México dedicada exclusivamente al artista francés Hans o Jean Arp, miembro fundador del movimiento Dadá en 1916, maestro de la Bauhaus y pionero de la escultura biomórfica. En su calidad de pilar de las vanguardias internacionales del siglo xx, en tanto que artista plástico y poeta surrealista, ha ejercido una influencia capital en las generaciones posteriores. La exposición consta de más de 60 piezas, principalmente esculturas de pequeño y mediano formato, pintura y dibujo, así como documentos de época, provenientes de las colecciones de la Fondation Arp de Clamart, y en menor medida del Musée d’Art Moderne de Strasbourg.

Analogías escultóricas, colección Museo de Arte Moderno; de forma paralela a la exposición de Hans Arp, puntal de las vanguardias europeas (y en el marco del centenario del movimiento Dadá y la Bauhaus), se muestra por primera vez su impacto en la plástica mexicana y latinoamericana, mediante una selección de obras del acervo del MAM (Germán Cueto, Manuel Felguérez, Ángela Gurría, Yvonne Domenge, Waldemar Sjölander, Geles Cabrera, Mathias Goeritz, Naomi Siegmann, Tosia Malamud, Sukemitsu Kaminaga y Henry Moore, entre otros). Sus conexiones y derivaciones son evidentes en la experimentación de materiales, en el método automático para la composición, en la referencia a lo abstracto, de correspondencias a lo animal, vegetal y mineral, esta última la más importante para Arp. Al ser un artista de vanguardia cuyo trabajo partió de la poesía, el dibujo, la gráfica y la pintura, el acercamiento presentado respecto al acervo del MAM ofrece una apertura a este enfoque multidisciplinario.

Luego de visitar dichas exposiciones, tuvimos la oportunidad de estar en la inauguración de lo más reciente del Museo: Amados objetos. Colecciones MAM y R. Rivero Lake, Rodrigo Rivero Lake. La Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes, por medio del Museo de Arte Moderno (MAM), presentarán la exposición Amados objetos. Colecciones MAM y R. Rivero Lake. Curada por Sylvia Navarrete y Rodrigo Rivero Lake, la muestra establece diálogos insólitos entre las artes plásticas y aplicadas, con la intención de subrayar que la noción de belleza atraviesa todas las épocas y las culturas, independientemente de la función y del uso de los objetos. Con el propósito de diversificar las interpretaciones de su acervo patrimonial, el MAM acoge ahora la perspectiva de un anticuario: Rodrigo Rivero Lake (CDMX, 1950). Su extravagante gusto personal y el riguroso conocimiento de los estilos artísticos desarrollados en el ejercicio de su profesión son los criterios adoptados para dar otra vida a cuadros, esculturas, objetos y muebles de diversas procedencias. De esta manera, se ponen en inusitado diálogo a 180 obras (óleos sobre tela y esculturas en madera y piedra, plata y marfil): 40 del acervo institucional del MAM y 140 de la colección del curador invitado, gracias a una escenografía que hará transitar al público de México a Perú, de Filipinas a China, de India a Flandes, de Francia a Portugal, y de España de vuelta a México. Estas reverberaciones entre artes plásticas y aplicadas de los siglos XVI al XX invitan a dejarse conmover por el magnetismo y la vida secreta de los objetos; a repensar las categorías asociadas al valor monetario y simbólico que el tiempo suele otorgar, así como a aquellas vinculadas a ciertas corrientes de la historia del arte (el clasicismo, el orientalismo, la modernidad), y, a la par, a intentar aproximarse con ánimo gozoso al objeto votivo o decorativo y a la obra de arte, independientemente del horizonte cultural y del periodo histórico a los cuales pertenecen. Se han reunido en pareja, con cierto guiño humorístico, a doña María de la Campa y Cos, condesa de San Mateo de gusto barroco, con un famoso desnudo picassiano que pintó 200 años después Manuel Rodríguez Lozano en su osada serie con modelos masculinos. Cerca de ellos, campea un niño Dios en marfil de manufactura china y destinado al mercado filipino-novohispano, junto a un púber crucificado tallado en madera por Reynaldo Velázquez en 1983. Más allá, imágenes marianas y del santoral católico, estatuas de los Himalaya o de Indonesia, columnas del siglo XVIII y fachadas de casas señoriales de la India congenian con pinturas de José Clemente Orozco, Raúl Anguiano, Carlos Mérida, Angelina Beloff, Juan Soriano, Ilse Gradwohl, Ángel Zárraga, Rodríguez Lozano y Dr. Atl, y esculturas de Guillermo Ruiz, Pedro Coronel y Tomás Chávez Morado, entre otros creadores. En esta exhibición se resalta la convergencia de tiempos, espacios y culturas para que los visitantes puedan observar lo ya visto de otra manera y, de esta forma, agreguen entendimiento al conocimiento previo. Solo así la memoria podrá proyectarse hacia el momento actual. Al proponer asociaciones insólitas, Amados objetos alienta la imaginación, para que ver, sentir y apreciar cobren un significado inédito. El ayer se mira en el espejo de la actualidad y la ubicuidad se vuelve una dádiva universal.

Había muchas personas en el Museo debido a la inauguración, ya que se preparan diversas actividades para iniciar el tiempo de la nueva exhibición, así como un brindis. En ese momento, mientras esperábamos a nuestra siguiente guía, aprovechamos para empezar a apreciar parte de la Colección permanente del Museo: Arte mexicano del siglo XX. Vanguardias. Ahí, Ana les solicitó a las y los adolescentes que seleccionaran una obra y que empezaran a identificar los elementos formales para ver una pintura, cuestión que revisaron en el último taller de Arte; de manera libre elegirían entonces una obra y la analizarían, tomando apuntes y haciendo un boceto de la misma.

Finalmente, llegó nuestra siguiente guía, que nos mostraría el Museo y principalmente la Colección Permanente. Iniciamos el recorrido por la planta baja, donde nos explicó cómo ha cambiado la distribución y apariencia del recinto a través de los años, así como la historia del mismo. Posteriormente, entramos de nuevo a las exhibiciones Sigmar Polke. Música de un origen desconocido y a Amados objetos. Colecciones MAM y R. Rivero Lake, Rodrigo Rivero Lake.

Para revisar la colección permanente del museo, nuestra guía hizo algo diferente a lo que normalmente estamos acostumbrados, más que explicar cada una de las obras que apreciamos, nos compartió detalles interesantes de algunas piezas, de la historia en ese momento, incluso hasta anécdotas de los pintores. El grupo disfrutó de escuchar a la guía y fuimos recorriendo la última parte del Museo que nos faltaba ver con detenimiento:

Arte mexicano del siglo XX. Vanguardias: La primera mitad del siglo xx está representada por cerca de 358 obras. Muchas de ellas proviene de las décadas de 1930, 1940 y 1950, y pertenecen a Ángel Zárraga, Gerardo Murillo (Dr. Atl), Roberto Montenegro, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Abraham Ángel, Manuel Rodríguez Lozano, Frida Kahlo, Carlos Orozco Romero y Rufino Tamayo; y a otros miembros en la Escuela Mexicana de Pintura como Julio Castellanos, María Izquierdo, Luis Ortiz Monasterio, Agustín Lazo y Juan O´Gorman. 

Y Arte mexicano de los siglos XX y XXI: La colección del MAM ofrece un panorama de los procesos artísticos que siguieron al muralismo y la Escuela Mexicana de Pintura. Nos referimos a la llamada Ruptura, con artistas como Lilia Carrillo, Fernando García Ponce, Vicente Rojo, Pedro Coronel, Manuel Felguérez y José Luis Cuevas, y a quienes, junto a ellos, pelearon por un arte con mayor amplitud de miras e ideológicamente libre: Juan Soriano, Arnaldo Coen, Alberto Gironella, Gunther Gerzso, Mathias Goeritz, Carlos Mérida, Kasuya Sakai y Vlady. Las generaciones posteriores están representadas por Gilberto Aceves Navarro, Enrique Guzmán, Helen Escobedo, Feliciano Béjar, Martha Palau, Julio Galán, Francisco Toledo, Germán Venegas, Francisco Castro Leñero, Gustavo Monroy, Ivonne Domenge, Fernando García Correa, Daniel Lezama y Beatriz Ezban. Conforme a su vocación de promotora e investigadora de nuevas propuestas, la colección ha integrado a artistas como Patricia Aridjis, Miguel Calderón y Pablo López Luz.

Para concluir nuestro día en el Museo, junto con la guía, las y los adolescentes realizaron una actividad en el jardín, ella les solicitó que observaran una de las piezas de la exposición Amados Objetos que se encuentra en el exterior, era una puerta, les pidió que imaginarán una historia, donde pudieran narrar datos sobre dicha puerta, de dónde era, para qué había sido usada, cómo es que llegó a la Colección, entre otras preguntas. Así, el grupo se tomó un tiempo y sentados sobre el pasto realizaron sus narraciones, que al final compartieron, por lo que escuchamos desde que fue la puerta de un antiguo templo, hasta que fue una puerta que unos piratas se robaron y fue rescatada.

Después de la actividad, disfrutamos de la celebración del Museo para inaugurar la exposición Amados Objetos, fue un día de aprendizaje y disfrute, de contactar con el arte y la cultura, de saber que las y los adolescentes se pueden acercar a los Museos y ver el arte de otra forma. Un momento sin duda de reflexión y crecimiento.

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