Taller de Padres, 12 de agosto
Taller de Padres II
Sábado 12 de agosto de 2017
Docente: Carolina Rodríguez
En la sesión del día de hoy se trabajó con los mandatos familiares impuestos y auto-impuestos, los padres realizaron un ejercicio de reflexión para encontrar ideas que han cargado durante su vida y que de manera inconsciente han pasado a sus hijos. Este ejercicio los llevó a meditar sobre la importancia de romper con estos mensajes, a hablar de la responsabilidad, la desobediencia consiente, la coherencia y el amor de los hijos a los padres.
Carolina dio la bienvenida al grupo y empezó el taller, le pidió a los padres que empezaran a caminar por el espacio, intentando recordar la última vez que asistieron y les pidió que recordaron qué había sucedido desde entonces.
Carolina: ¿Cómo se sienten nuevamente de estar entre estas paredes?… ¿Cómo fue irse y regresar?… Saluden a los integrantes con los ojos, con los codos, con las dos manos, con los pies… Vamos a buscar un lugar para sentarnos, formando un círculo… Ahora, vamos a presentarnos y a comentar que nos ha dejado esta familia…
Algunos de los comentarios de los padres fueron los siguientes:
- Yo no conozco a la familia, pero mi pareja me ha platicado cosas hermosas de ustedes y quiero conocerlos.
- Este lugar ha traído bienestar a mis hijos, estoy muy contenta de estar aquí.
- Este ha sido un lugar que me ayuda a entender a mis hijos, me da mucho gusto estar con ustedes.
- El taller me ha dejado muchas enseñanzas, mi hijo aprende que no es el único que pasa por momentos difíciles.
- Es un reto estar aquí, es un nicho donde comparto preocupaciones y alegrías; es un gran aprendizaje el que obtengo con los demás papás.
- Estar aquí me permitió darme cuenta de mis errores y de lo buena que también soy; he crecido totalmente, la vez pasada estuvimos trabajando mandatos familiares y creencias; he estado escuchando cosas que nos hacen mucho daño y que se las pasamos a nuestros hijos.
- Yo siento que sigo cometiendo los mismos errores de siempre y no he avanzado, veo cambios en mi hijo, pero yo no voy a la par.
Posteriormente, Carolina dirigió un ejercicio de relajación, esto para llevar al grupo a un momento de reflexión.
Carolina: Pueden ver una puerta que dirige al castillo de los mandatos… Ahí se encuentra un libro rojo, el cual abren en la primera página… Aparecen mandatos propios e impuestos, también miran una pantalla en donde observan qué les dijeron que tenían que hacer y cómo tenían que ser de niños y adolescentes…¿De qué manera lo decían?, ¿qué entendían de la importancia del mandato?… Recuerden cuando cumplían, cómo reaccionaban las personas, qué veían y cómo se sentían, lo mismo en viceversa… ¿Cómo ser como joven, esposo, pareja?, ¿cómo es ser padre o madre?, ¿qué se puede permitir un padre y una madre?… Vayan detectando ese cumplimiento e incumplimiento… Detecten todos sus mandatos y cuáles les pesan más, ¿cómo afecta ese mandato a los hijos, a la pareja, a las personas cercanas?… ¿Cómo se sienten ellos al vernos en cumplimiento de ese mandato?… Caminen por el pasillo para salir de ese lugar imaginario… En la segunda hoja del libro apunten el mandato y el precio que pagan por cumplirlo o las ganancias… En la tercera página acepten que su vida siga igual y lo firman… Salgan del castillo y vayan regresando por el camino… Tomen contacto con su respiración y regresen…
Así, los padres abrieron los ojos y se les entregó un formato en donde escribirían el mandato en el que pensaron, tenían que detallar: ¿quién lo impuso, de qué manera, cuántos años tenían, qué sucedía cuando lo cumplían, cómo se sentían cuando lo cumplían, qué se decían a sí mismos cuando lo cumplían y finalmente cuando lo incumplían?
Carolina: Los que sintieron que su mandato es auto-impuesto levanten la mano…
- Yo estoy a la mitad, lo percibí y me dijeron que no, pero después me lo auto-impuse.
- Yo me di cuenta que ser «blandita» y buena persona me fue impuesto, eso contribuyó a que me vieran la cara; me volví sumamente ruda y me di cuenta que estaba siendo ruda con mis hijos… No es como quiero que me vean, quiero que me sientan cercana… A la fecha me impacta mucho no expresar lo que siento, ni bueno ni malo; siempre me enseñaron a negar la emoción, no he podido revertirlo, me decían que no demostrara amor…
- A mí siempre me dijeron: sé responsable; aún enfermo he hecho felices a varias personas, me di cuenta que podía hacer cosas buenas para todos.
- Mi mandato es no disfrutar ni cuestionar. Mis padres tenían una tienda de abarrotes, mi papá nos decía que teníamos que desquitar lo que nos divertíamos y ganarnos el dinero.
- Me cuesta mucho trabajo también cuestionar, de chicos preguntábamos a mi papá y era como faltarle al respeto, no podía hablarle de “tú”.
- Ya tiene algo de tiempo que percibí que en mi familia todas son «mujeres solas», al principio que tuve a mi hija yo no quería que no tuviera padre.
Carolina: También habría que pensar en los mandatos ligados al hombre… ¿Qué otros mandatos les gustaría compartir?
- En mi caso, mi mamá tenía mucho trabajo; era invisible y para ahorrarle preocupaciones yo me tuve que hacer invisible, pero en la Universidad empecé a responder, a hacerme presente.
Carolina: ¿El mandato sigue presente?
- Pues yo creo que si, me gusta pasar desapercibida.
Carolina: ¿Cuáles son los costos de pasar desapercibido?
- Guardarnos cosas.
- Perder oportunidades.
- Miedo al rechazo.
- Yo siento mucha culpa cuando hablo demasiado.
Mirta: Eso te crea gasto interno y el precio es la enfermedad.
Boris: Creo que es un círculo vicioso.
- A mí me dijeron que debía ser una hija muy obediente, cuando entre a la secundaria me empecé a portar «mal» y a los 16 años me embaracé, fue muy difícil, trabajé, estudié y fui mamá; eso me llevó a una catarsis muy fuerte, luego de mucho descubrí fuerza en mí.
Mirta: Considero que la palabra desobediencia es sumamente importante, porque es un paso de responsabilidad y vuelve a poner el orden finalmente, tenemos que ser desobedientes.
- Es una palabra muy difícil porque como padre también te confronta y te paraliza.
- Es desobediencia con responsabilidad. Yo mucho tiempo fui obediente, aunque a mí se me permitió tener más libertad, finalmente no acepte el mandato de quedarme con el hombre que me casé.
Carolina: Las mujeres en esta cultura no tenemos derecho a disfrutar, ni a desobedecer, ni a tener voz, la mujer debe ser sumisa.
Y el diálogo continúo, cada miembro del grupo compartió sus mandatos e ideas, oportunidad para discutir y buscar alternativas de solución.
Mirta: Todos estamos aquí con preocupaciones individuales, lo que nos une es la necesidad de proteger a nuestros hijos.
- Muchas veces en aras del amor, no ves que el otro no está en el mismo nivel, a veces es necesario decir: no.
Mirta: Regresando al tema de los mandatos, debemos ver de dónde vienen… Nos damos cuenta que esta historia se parece a lo de atrás, pensar en las figuras paternas, a veces lo que elegimos ya estuvo elegido desde antes, caemos en trampas…
Carolina: Uno elige para resolver lo que no se resolvió en el pasado, porque el auto-mandato es: “si mi mamá o mi papa no pudieron, yo sí voy a poder”… Es muy difícil reconocer cuáles son auto-mandatos y cuánto daño nos hacemos… La pregunta que yo quería hacer es ¿a quiénes impacta?…
Boris: No todo viene de los mandatos, también debemos ser muy honestos con nosotros, cómo es que yo actúo ante ciertas circunstancias.
Carolina: Es muy importante que analicemos dónde podemos actuar como un péndulo, qué me hace sentir displacer en dónde hay culpa… Debemos pulirnos, ser menos primitivos y los hijos aprenden de ahí… A veces los costos de lo que hacemos se convierten en un síntoma… Debemos aprender a escuchar y que nuestros hijos miren… Llévense la reflexión, lo normal es que muchos tengamos que aceptar esas dos partes… Para la siguiente sesión, traigan por favor, los registros que les dí la clase pasada, para que podamos revisarlos…
De esta forma, el taller concluyó, entre un diálogo construido entre todos los que participaron; como siempre fue un espacio de crecimiento, momento de compartir experiencias y de escuchar, así como de encontrar mejores alternativas para actuar y teniendo en cuenta que el común denominador del grupo es el interés genuino por apoyar a sus hijos.
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