Algo parecido a esto

Josué Vergara Alarcón

Llévame a la luna, yo sé que puedes ser verdad, por la eternidad del tiempo podré adorarte, en otras palabras, compartirte quien soy, no podría sonreír tanto como lo hago mientras veo tu silueta atravesada por la luz del sol, ¿podríamos salir una vez más?, todo lo que pido son solo unos segundos, quizá 3600 para ser exactos.

Cuando estoy esperando por un ahora, y no escucho el reloj sonar, trato de correr hacia la cima y tropiezo inútilmente con las sombras que proyectan tus recuerdos en forma de árboles estirados por la luz solar vespertina, quedo en un enigma difícil de resolver, guardo en mi escritorio los millones de artículos que escribo para ti y, que sé, nunca leerás pues te has cegado y yo me quedé mudo, me cocieron los labios las palabras finales que aún recuerdo de ti, sin embargo, el tiempo se encargó de sanar las heridas de mi rostro, pero por ahora no poseo boca alguna que me sirva para algo.

¿Cambiar de perspectiva?, ¿de verdad creíste en ello?, esto de estarte soñando noche tras noche no lo consideré a la ligera, no dejé que sucediera así. Lástima que estoy cansado de esto y trato inútilmente de ahogar las aves que revolotean en mi con un vaso de whiskey, a veces, con la resaca de la mañana, me hace sentir peor, pero al menos me mantengo inconsciente un tiempo, mientras tanto, finjo que no existe tal sentimiento, intento creerme lo que en mi mente no existe, intento tener únicamente lo esencial; mi nombre y quién soy, nada más.

Las cuerdas de mi guitarra se encuentran gastadas, ya no cantan tan bien como solían hacerlo y las clavijas quedan oxidadas, no me pidas que te obsequie la última serenata, ¿es así de fácil olvidar?, que alguien me diga entonces cómo borro esto que siento, ya comienza a preocuparme.

Aquellas luces que solíamos contemplar por las noches cuando parecía que el mundo era nuestro, realmente nuestro, quedaron marcados en los oxidados engranes que controlan en los días soleados y lluviosos mis capacidades motrices y psicológicas… de verdad parecía que el universo lo conformábamos tu y yo como una unidad, así como el resto del universo incuantificable, “sí en algo habría de perderme sería en tus ojos, si con alguien habría de soñar serías tú”.

Mañana la ciudad quedará llena de sueños perdidos, llena de pesadillas tramposas que les gusta esconderse debajo de la cama, -es ilógico querer salir a un bosque por la noche con la idea de encontrarlas jugando rugby-, así de confuso es considerarte, mi cabeza explota constantemente y me fascino al ver el misterioso resultado de una lluvia torrencial de ideas y pensamientos sobre quienes fuimos y que simplemente no me sorprende que llegue en momentos poco adecuados.

Lo que hoy quiero, requiere de un sacrificio significativo: tendré que abandonar toda idea errónea de la felicidad y enfrentarme a un mundo que prohíbe ser feliz del modo que más me acomoda. Quererla a ella, viajar, volver a quererla, quererla más, descubrir, superar algunos miedos, invitar a mis padres a una parrillada un domingo, subir al edificio más alto que exista, correr, dejar que el viento aleje el humo de mi puro y que agite el cabello y abrigo que ella lleve puesto mientras disfrutamos lo que a nuestra cultura respecte, cantar, ayudar, en otras palabras, algo parecido a esto que tuve en mente mucho tiempo.

Siento cómo la música invade todo en mí, me hace querer bailar como un desquiciado, quiero que mi cuerpo realmente sienta la presencia de cada nota musical, nadie lo evitará, me siento inconsciente casi por completo, la mente en el universo y con los pies en la tierra, es una sensación tan contradictoria que a un físico podría volver loco de tan solo pensar la catástrofe espacial que puedo causar, estar enamorado ya no es un tema de discusión, simplemente no estoy interesado, me deslindo de cuanta responsabilidad quepa en dicho argumento, simplemente no lo necesito, si estaré destinado a ello pasará en algún punto, pero sé muy bien que ese es un privilegio del que solamente pocos gozan.

Me estoy muriendo por dentro, puedo sentir cómo la tensión se vuelve a mí cada que atravieso el portón del bar noche tras noche, y quiero por alguna razón disculparme con todo el mundo por ser insuficiente, ¿he de tener algún trastorno?, nunca he creído en ello, quizá sea la consecuencia de tener una infancia manipulada por la sociedad próxima a uno.

Nada por perder, mi rostro es suficiente discurso para probar que no quiero irme, pero lo necesito, ¡oh por favor, piensas que no lo sé! No puedo volar, no por ahora, ni siquiera tengo palabras para decir lo que a mi mente fracturada le apetece mencionar, quiero concentrarme, necesito que sea así, quiero que sea de este modo, pues no hay otro modo y si lo hubiera no lo conozco.

… no me busques más, no me llames o envíes mensaje alguno, te ruego que no te lo permitas, pues si lo hicieras, sé muy bien que te respondería, te hablaría como sí nunca hubiese sucedido algo, andaría por las calles y me encantaría que tomaras mi brazo, que apoyases tu cabeza sobre mi pecho… y no puedo permitirme hacer eso, porque cada que te vas nuevamente produces que éste agujero se torne más y más amplio. Me harté de todo este alboroto de cosas que simplemente nunca van a ser lo que anhelo, simplemente no se te da el amarme verídicamente, simplemente no sucede…estar cerca de ti.

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Josué Vergara Alarcón, 10 de noviembre

Fundación S.K.Y., A.C.