Taller de Padres, 21 de julio
Taller de Padres I
Sábado 21 de julio de 2018
Docente: Carolina Rodríguez
En esta sesión, los padres pudieron realizar un ejercicio de conciencia sobre los anhelos más profundos de sus hijos e hijas, ligados a sus necesidades socio-afectivas. Esta actividad confrontó a los integrantes haciéndolos recordar el origen de sus propias carencias emocionales.
Carolina: Vamos a hacer una pequeña presentación… Cuando llegue su turno, van a platicarnos qué les ha dejado la Fundación, qué les gusta y qué les preocupa.
Algunos de los comentarios fueron los siguientes:
- Mi hijo se enoja por todo, es muy explosivo… No sabía convivir con los demás… He obtenido muchas cosas positivas, es más tranquilo, más maduro… Piensa más las cosas, sus calificaciones han subido… Está bien en lo que cabe, su carácter es necesario trabajarlo… Me gusta que nos guíen tanto a papás como a niños.
- Me gusta que tengo oportunidad de tener una dinámica para compartir con mi hijo… Me doy cuenta que él está entusiasmado, que le da gusto venir… Al principio no fue fácil… Yo he visto muchos avances en él… Aunque es muy inquieto tiene buenas calificaciones… Con el paso de los meses veo su participación, lo veo abierto al diálogo, lo veo muy bien.
- La Fundación me ha dado mucho, soy veterana… Me dio herramientas para poder comunicarnos…
Después de los comentarios del grupo, Carolina continuó con un ejercicio de reflexión:
Carolina: Cierren sus ojos y tomen contacto con su respiración, vamos a irla llevando hasta los dedos de los pies para permitir que se acomoden sobre el piso… Vamos soltando el cansancio y la preocupación que hemos acumulado a lo largo de los meses, vamos soltando los músculos de la frente… Totalmente relajados nos vamos a transportar al espacio de la imaginación donde podemos escuchar, donde podemos preguntar, donde podemos vernos… No hay juicios ni culpas… Imaginen que salen en un avión a un lugar mágico con una canasta en las manos… Lentamente van a ir bajando y van a ver todo el espacio, el pasto, la temperatura y a lo lejos van a mirar a su hijo o hija, van a aproximarse a él o ella y le van a preguntar «¿cómo me estás viviendo en este momento de tu vida?» y ustedes van a ser fuertes para lo que ellos les van a decir… Lentamente vamos a salir del cuerpo para entrar en el cuerpo de su hijo o hija y van a escuchar lo que ellos tengan que decir… Caerá del cielo una varita mágica, le van a decir a su hijo que pida tres deseos para que se sienta de manera distinta, para que pueda pedir lo que le hace falta para sentirse apoyado y comprendido…Nuevamente vamos a salir del cuerpo del corazón, su hijo va a decir sus tres deseos desde lo más profundo de su ser… Cuando hayan escuchado lo que les están pidiendo ustedes van a girar 180° y van a encontrarse con el progenitor que más hubiera podido apoyarlos y mirándolo a la cara díganle lo que a ustedes les hubiera ayudado cuando tenían esa edad… ¿Qué les hubiera gustado pedirle a esa varita mágica?… Lentamente van a poner en su canastilla las dos varitas mágicas… Regresan aquí para compartir, sabiendo que lo que aquí escucho, no lo repito…
Los padres concluyeron el ejercicio, abrieron los ojos y continuaron con las indicaciones de Carolina.
Carolina: Se ponen de pie en distintos momentos los que escucharon que su hijo sufre mucho, los que no pudieron escuchar a sus hijos, los que sienten que su propio dolor no los deja escuchar a sus hijos y los que hayan sentido miedo escuchar a sus hijos…
Algunos comentarios durante el ejercicio fueron los siguientes:
- Lo que mi hija pide es más atención de mi parte, siento que no hay mucho apego.
- No pude escuchar a mi hijo, por lo que no sé cuál es su petición…
Posteriormente se trabajó con dos personas del grupo, ambas historias resuenan en los integrantes haciendo que reflexionen en sus propias vidas y en la manera en la que reaccionan con sus hijos.
En el tiempo de compartir, algunas ideas fueron:
- Me resonó la dureza con la que he tratado a mis hijos.
Carolina: Hizo mucho ruido y eso es bueno para que lo vayas trabajando…
- El ejercicio me hizo pensar en el dolor de mi hija, ella me pide que no la deje de amar, que no le mienta y que siga con ella.
- Yo no suelo ser muy expresivo, me cuesta mucho trabajo… Mi hija es lo más importante en este mundo… Me entra mucha desesperación no saber cómo comunicarme con ella… Me permitieron encontrar un camino que no había descubierto…
- Soy una mamá muy dura, siempre he pensado que debo serlo más por la condición de mi hijo. Yo lo veo y creo que está confundido, pero en realidad no sé.
Carolina: La dureza es un mecanismo para sobrevivir, nos endurece por dentro…
- Espero que todo esto me ayude a escuchar a mi hija, a darle lo que su corazón necesita.
- Me quedo con que es muy importante saber dónde dejamos a nuestros hijos y utilizar los recursos que tenemos.
Carolina: Me gustaría que nos quedáramos con el ejercicio de las varitas mágicas, ¿qué de los tres deseos que sus hijos pidieron, ustedes pueden cumplir?… Ustedes son los únicos que pueden hacer magia, es un trabajo de todos los días…
De esta forma el taller concluyó, fue un momento de reflexión, como siempre en un espacio de confianza y la oportunidad de compartir experiencias que llevan al aprendizaje grupal.
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