Taller de Valores, 7 de mayo
Taller de Valores II
Sábado 7 de mayo de 2016
Docente: David Cuevas
Las y los adolescentes se confrontaron con sensaciones y sentimientos muy intensos; se trabajó con el cuerpo como una herramienta receptora y emisora de energía, calor y cariño. Realizaron masajes con respeto y plena conciencia, aprendieron que sus manos no solamente están hechas para crear o producir cosas, entre abrazos se resaltó que el contacto físico y emocional, así como la intención de provocar bienestar en el otro, es lo que nos caracteriza como seres humanos; ser conscientes de esto y accionar en el entorno tendrá una resonancia plenamente positiva para todas y todos.
David inició hablando de la importancia de la disposición para el trabajo con el cuerpo, les pidió que frotaran sus manos y las pasaran por todo su cuerpo, las piernas, hombros, cuello, cabeza, rostro; después les solicitó que se recostaran de manera que se sintieran cómodos, debían cerrar los ojos e intentar moverse por todo el espacio sin hacer movimientos bruscos; si se encontraban con alguien debían interactuar con el cuerpo en vez de alejarse de éste: toca con cuidado y vete.
Al concluir, David les pidió que buscaran una pareja con la que no hubieran trabajado antes, la instrucción fue que masajearan al otro de manera amable y con la intención de tocarlo realmente. Les explicó que debían tratar de eliminar toda la tensión y observar lo que pasaba en el cuerpo de su compañero; por su parte el que estaba recibiendo el masaje debía intentar relajarse y permitir que el otro lo masajeara sin poner resistencia y observar lo que pasaba con su cuerpo al contacto. De esta manera, siguiendo las instrucciones de David fueron realizando el ejercicio, siempre de manera respetuosa; luego cambiaron de lugares y finalmente se sentaron en círculo para compartir la experiencia.
David: La grandeza que tienes en las manos no sólo es para crear y producir “cosas”, en las manos tienes la capacidad de producir mucho, esto va más allá de la piel, los músculos y los huesos, cuando tocas a alguien transmites energía; es importante que sepan esto, con la energía podemos sanar, es importante que lo sepas sobre todo porque vivimos en un mundo en el que todo es pastillas, placebos y separación. El punto de esto es que yo creo que todos tenemos algo en común y esto es la búsqueda de la felicidad, el problema es cuando caemos en el egoísmo; si somos capaces de entender que el otro también busca la felicidad, entonces se abren nuevos sistemas de pensamiento; a este tipo de pensamiento se le conoce en Mesoamérica como pensamiento amáutico; la premisa es recibir al ser humano sin pensar en un “yo”; el contacto que ustedes lograron no implica un “mí” simplemente. hay una conexión, no existe más que el afecto… En este espacio ustedes pueden entregarse realmente al trabajo para entonces accionar afuera, en plena libertad de conciencia de sus derechos y escala de valores; el trabajo que hacemos es más efectivo que la medicina alópata, si tú quieres hacerle bien a alguien deben de tocar, sentirlo, abrazarse, no pasa nada y si pasa, aprovechen el momento, que no regresen los juicios, no todo en la vida es frustración; accionen desde su cuerpo y contagien a las personas, todo se puede con amor, determinación, atención y conciencia.
El siguiente ejercicio fue de contacto y movilidad, David les solicitó que eligieran una pareja y que caminaran con ella, tomados de la mano y haciéndola girar alrededor de uno, luego debían soltarse y tomar otra pareja; así fueron repitiendo y cambiando, ambos debían accionar y resolver por medio del cuerpo. La siguiente variación fue hacer que el compañero que giraba, pegara su cabeza al cuerpo del otro, continuando con el movimiento. Debían escuchar la música y seguir la cadencia de la misma, la intención fue trabajar todo el tiempo con el contacto, así como mover al grupo de su zona de confort.
Para continuar, David pidió a las y los adolescentes que se colocaran nuevamente en parejas, el ejercicio implicó una rutina de pasos utilizando los brazos, los hombros, la cadera, las piernas y las rodillas, fue una secuencia armónica que ejemplificó el body contact (que surgió de la necesidad de volver a lo natural del movimiento del cuerpo, principalmente para lidiar con el estrés que podían ocasionar otras técnicas cuya base era la rigidez técnica, como el ballet).
En el último ejercicio, con los ojos cubiertos las y los adolescentes debían moverse por el espacio, algunos iniciaron de forma cautelosa, otros se apresuraron, por lo que se tuvo que tener mucho cuidado para que no se golpearon entre ellos o con la pared, fue un momento de hacer aún más consciente el movimiento del cuerpo. Para terminar con la sesión, David pidió al grupo que caminaran por el espacio y se encontraran, que buscaran al otro, se tocaran y abrazaran con respeto, esto de manera sincera y buscando un contacto e interacción real sin importar nada más.
Al final se descubrieron los ojos y compartieron la experiencia, intercambiando ideas y sensaciones; para cerrar la sesión se realizó una meditación.
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