Historia de fantasmas

Josué Vergara Alarcón

Un hombre fornido con capa, botas y espada, de nombre Sailas, se encuentra frente a un escritorio en el castillo más olvidado que existe, intenta escribir un mensaje de auxilio debido a que el edificio lo ha confinado a mil años de estancia a causa de su infiltración con motivos perversos. Encontrar aquel pergamino que muestra la realidad oculta entre las dimensiones es su mayor deseo, uno tan egoísta como ninguno, ya que el poder absoluto que obtendría de aquel escrito sería inagotable, prácticamente tendría el conocimiento de los hechos más intangibles nunca antes considerados; la vida, la muerte e incluso el tiempo… conceptos como estos le serían al fin concretados, relacionados con extrema precisión a una realidad alterna de la cual toda la humanidad ha sido excluida desde el principio de los tiempos.

Aquel castillo yace en los montes olvidados en la zona donde se interconectan las cosas, el punto clave de donde surge la multiplicidad y la dinámica del todo fungiendo en la nada, la cosa más inverosímil y contradictoria que posee sentido, y cuyo único propósito es evitar la autodestrucción de los seres vivos, en particular, de los humanos.

Una mujer, campesina por elección, con origen en la realeza y de nombre Amanda, se ha especializado en la siembra de maíz y papa, pero además de ello, en sus ratos libres se escapa y junto con su maestra, la bruja Esther, entrenan arduamente el arte de la magia blanca pues conocen el posible origen de un apocalipsis en las tierras de Corelraw, donde la espada de un rey se insertará en el muro de piedra del castillo donde residen los sueños, quebrantando los secretos más profundos que han sido cuidados desde hace millones de siglos y que su exposición ante los mortales podría provocar repercusiones negativas en la mentalidad de los mismos, haciéndoles explotar sus cabezas y derrochando confeti sobre sus cuerpos degollados que se desplomarían lentamente, casi como sí la gravedad tuviera una fuerza de atracción menor.

Una guerra se suscita sobre un camposanto donde millones de mundos confluyen en un combate legendario. Dos únicos bandos con siete integrantes cada uno, todos luchando con fuerza inagotable, mientras dos hermanos, fragmentados por el tiempo y los hechos, se alejan poco a poco sin darse cuenta, sin considerar que uno depende del otro, sin saber que uno es fuerza y el otro, protección, ambos sin comprender su posición actual.Dicha guerra se realiza en el mundo imaginario donde un puente que conecta dos tierras sirve como extensión en el campo de batalla y como único sendero que lleva a un castillo del cual nunca se ha hablado y en donde un hombre atrapado, grita ser rey mientras golpea los muros con su espada forjada en acero con la esperanza de conseguir una ventana de oportunidad por la cual pueda salir y contar al mundo lo que ha visto.

La bruja Esther lleva mucho tiempo en Corelraw, de hecho, ella fundó aquellas tierras junto con otros cuatro magos, todos con rango supremo. Sucedió hace millones de años donde la lucha entre hombres era tal que el conocimiento de lo eterno provocaba suicidios colectivos, los hombres al saber que tendrían una oportunidad más, se llenaban de deudas y luego saltaban de un risco llamado “de los lamentos”, ya que ahí iban a parar todos y cada uno de aquellos que buscaban empezar de nuevo, pero tantos fueron aquellos que saltaron, que los cinco magos más poderosos en el universo, arrebataron la capacidad telepática de los hombres como castigo, y resguardaron estas cualidades en un castillo de piedra que tenía un único propósito, y éste era el contener, más no impedir el acceso.

Sin embargo, a pesar del poder inmaculado de los cinco magos, tenían que hacer un gran sacrificio para lograr que el hechizo fuera lo suficientemente poderoso como para evitar eternamente que esa capacidad del ser humano saliera al encuentro de los mismos. Éste sacrificio consistía en que cuatro personas ordinarias dieran su vida, más tenían que ser lo suficientemente significativas para la humanidad que realmente tuviera un poder incomparable tal hechizo. Por otro lado, los magos pensaron en todo y dejaron a cargo a Esther, quien era la elegida como responsable y protectora de la humanidad. El resto entregó sus poderes y se transformaron en mortales para así preservar el ideal que desde un principio persiguieron. Así fue, está escrito y es verdad.

A pesar de todo esfuerzo, no se contaba con la limitación característica de los recursos, que vale la pena mencionar, ahora son escasos. Millones de personas han apostado sus pequeñas fortunas e infortunas en los catorce guerreros más poderosos del universo que al triunfar les permitirán disfrutar de una parte del motín.

Historia de fantasmas.

Josué Vergara Alarcón, mayo de 2018

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